El suelo vinílico ha ganado popularidad en los últimos años debido a su versatilidad, estética y facilidad de instalación. Sin embargo, al momento de elegir el adecuado, hay un aspecto que puede generar dudas, el grosor. ¿Es mejor un suelo más grueso o uno más delgado? ¿Influye el grosor en la durabilidad del suelo? Para aclarar estas interrogantes, abordaremos con más profundidad este tema y así te ayudaremos a que tomes una decisión informada.

Entendiendo el grosor del suelo vinílico

El grosor de un suelo vinílico se mide en milímetros (mm) y generalmente, puede variar desde los 2 mm hasta los 8 mm, aunque también es posible encontrar más gruesos. Este grosor incluye todas las capas del suelo, desde la capa de desgaste hasta la base.

Tráfico y uso

Si estás instalando el suelo en una zona de alto tráfico, como un pasillo o una cocina, es recomendable optar por un suelo más grueso, de al menos 4 mm. Para áreas con menos tráfico, como dormitorios, un suelo de 2-3 mm puede ser suficiente.

Confort y aislamiento

Un suelo más grueso suele ser más cómodo bajo los pies y ofrece mejor aislamiento térmico y acústico. Si buscas mejorar estas características en una habitación, considera suelos de 5 mm o más.

Subsuelo existente

Si el subsuelo tiene imperfecciones, un suelo vinílico más grueso puede ayudar a disimularlas. Sin embargo, es esencial preparar adecuadamente el subsuelo antes de la instalación.

Presupuesto

A menudo, los suelos vinílicos más gruesos son más costosos. Si buscas suelo vinílico barato, puedes considerar uno de menor grosor. Sin embargo, no sacrifiques demasiado la calidad por el precio.

La capa de desgaste: otro aspecto crucial

Además del grosor total, es vital considerar el grosor de la capa de desgaste, que es la capa superior que protege el suelo de rasguños y desgaste. Esta capa se mide por separado y suele variar entre 0,2 mm y 0,7 mm.

Para áreas de alto tráfico, recomendamos una capa de desgaste de al menos 0,5 mm. Para zonas con menos desgaste, 0,2 mm o 0,3 mm pueden ser suficientes.

Instalación y compatibilidad con otros elementos

Si planeas instalar el suelo vinílico sobre un sistema de calefacción radiante, es esencial verificar la compatibilidad del producto. En general, un suelo más delgado transmite mejor el calor, pero siempre es crucial consultar las especificaciones del fabricante.

Además, si tienes puertas y marcos ya instalados, considera el grosor del suelo para asegurarte de que las puertas se abran y cierren sin problemas.

Elegir el grosor adecuado para tu suelo vinílico es indispensable para garantizar su durabilidad, confort y estética. Pero recuerda que además del grosor, hay otros factores importantes que no puedes olvidar, como la capa de desgaste, el tipo de subsuelo y la compatibilidad con sistemas de calefacción.

Por último, aunque el precio es fundamental al tomar la decisión, la adecuación a tus necesidades debe ser siempre la prioridad. Con la información correcta, tu suelo vinílico no solo lucirá estupendo, sino que también durará muchos años.